Unos 1200 hosteleros se han concentrado en la sede de la Subdelegación de León para reivindicar la apertura de estos negocios, de los que se nutren miles de familias y sectores de la provincia
Unos 1200 hosteleros se han concentrado este jueves frente a la sede de la Subdelegación de León, para solicitar ayuda por la obligatoriedad de tener que mantener sus negocios cerrados, como consecuencia de las medidas sanitarias contra la Covid-19. Algunos de estos hosteleros han estado este jueves en ‘Manos Arriba’ para trasladar su protesta, porque consideran que el sector no tiene “la culpa” de lo que está pasando y no tiene por qué asumir las consecuencias de la pandemia. Creen que es un error que estos negocios permanezcan cerrados, incluso aseguran que tendría que abrirse más horas, “porque la gente, cuando está consumiendo en los bares, está controlada”. Además, la “policía puede revisar los locales”.
Afirman que el cierre de los locales incentiva las fiestas en el interior de los domicilios. “Nosotros pagamos la culpa pero no conseguimos que no se contamine la gente”, añade Fran, que explica que en su caso cuenta actualmente con dos de los doce trabajadores que tiene habitualmente. En el de Tato, por ejemplo, son seis trabajadores y se han mantenido. Este profesional no cree que el erte sea la solución, más bien es algo “temerario”, porque “con lo que está pasando, tener así a la gente es difícil. Algunos he aprovechado las vacaciones. Lo que intentamos es reinventarnos y no ha ido mal. Pero lo que no puede es que te hagan cerrar los negocios y pagar los impuestos, los salarios… Es una forma de robar a todo el tejido comercial”. Deme, por su parte, ha tenido que optar por el “cierre total”. Este hostelero apunta que esta medida le parece “fácil, cobarde e improductiva. No puedes prohibir una actividad cuando es legal y controlada, y de la que dependen tantos puestos de trabajo”.
Estos hosteleros explican que es uno de los sectores que mejor está haciendo las cosas en cuanto a las medidas, pero también los más castigados, porque recuerdan que lo único que han tenido son demoras en los impuestos, durante los meses de confinamiento. También creen que todo “va unido. Es una rueda y como se pare llegamos todos al muro. Porque la hostelería no somos solo empresarios o camareros, sino que también depende de ello la industria alimentaria, los distribuidores… Están cerrando una parte de nuestra libertad”.