Un pueblo de tan sólo 7 habitantes pero que alberga naturaleza, historia y encanto en cada rincón
Este martes nuestro Manos Arriba Viajero volvió a la montaña leonesa para conocer La Velilla de Valdoré, un auténtico paraíso de naturaleza y tranquilidad en el corazón de la montaña leonesa. Este pintoresco pueblo, situado en un estrecho valle protegido por el pico Sategildo y rodeado de majestuosas montañas, ofrece a sus visitantes un remanso de paz y belleza natural.
Hemos hablado con Manuel Valbuena, alcalde del Ayuntamiento de Crémenes, quien destacó las excelencias de este lugar singular. Entre los tesoros del pueblo se encuentra la iglesia parroquial de San Pedro, del siglo XIV, que alberga un notable retablo barroco, una joya arquitectónica que refleja la rica historia de la región.
Además de su patrimonio histórico, La Velilla de Valdoré es un santuario para los amantes de la naturaleza. El entorno del pueblo está adornado por impresionantes zonas boscosas, como el hayedo del Bustio y el robledal de Vajalechoso, que ofrecen rutas de senderismo y espacios de contemplación inigualables. El paisaje es aún más encantador con el pequeño riachuelo que desciende directamente de las montañas, llenándose durante el invierno y añadiendo un toque de frescura al ambiente. Este entorno natural convierte a La Velilla de Valdoré y sus alrededores en una maravilla para cualquier visitante en busca de serenidad y conexión con la naturaleza.
A pesar de ser un pueblo pequeño, con una población que ronda los 7 habitantes durante todo el año y que aumenta a unos 25 o 30 en verano, La Velilla de Valdoré celebra con entusiasmo su fiesta más importante, la fiesta del Rosario, el 7 de octubre. Esta festividad, junto con la amabilidad de sus habitantes, crea una atmósfera acogedora que deja una impresión duradera en quienes lo visitan. Aunque es un pueblo desconocido para muchos debido a que en él acaba la carretera, su belleza y el calor humano de su gente hacen de La Velilla de Valdoré un destino digno de descubrir y disfrutar.