El experto en la teoría del Diseño Inteligente afirma que la diferencia real de ADN entre ambas especies es de hasta un 20%, desmintiendo una de las pruebas centrales del evolucionismo

El doctor Antonio Martínez y experto en la Teoría del Diseño Inteligente, ha visitado el programa Manos Arriba para desgranar algunas de las implicaciones de su teoría en el origen de la vida, centrándose en el mito popular de la escasa diferencia genética entre el ser humano y el chimpancé. Martínez ha abordado la creencia extendida de que solo existe una diferencia de entre un 1% y un 2% en el ADN, dato utilizado a menudo como prueba de que la humanidad desciende del simio. El experto ha sido rotundo al calificar esta afirmación de “falsa, rotundamente falsa”.

Para sustentar su argumento, Martínez ha citado un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature por el español Tomás Márquez Bonet, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona. Según esta investigación, que comparó los ADNs completos de ambas especies, la diferencia real asciende a un significativo 15-20%, lo que equivale a unos 500 millones de nucleótidos. Esta cifra es abismalmente mayor a la asumida históricamente. El doctor ha explicado que el error del 2% se debe a que estudios anteriores, realizados hace años, solo compararon “secciones parecidas” o genes específicos que, por lógica funcional (como el del colágeno, una proteína estructural), debían ser similares.

El doctor Martínez ha enfatizado que el error reside en comparar solo trozos y no el conjunto, reconociendo que, fenotípicamente, humanos y chimpancés tienen una apariencia similar (huesos, ojos, pelo), lo que explica que las secciones de ADN que codifican estas características sean parecidas. No obstante, ha recalado que esa similitud de apariencia “no significa en absoluto descendencia”. Además, ha señalado que la mayor diferencia radica en que más del 90% del ADN no son los llamados exones que producen proteínas, sino que tienen funciones regulatorias.

Con esta evidencia, Antonio Martínez ha concluido que es fundamental “romper el mito” de la similitud del 98% entre el ADN humano y el del chimpancé, ya que no se sostiene con las comparaciones genéticas completas de la ciencia actual. Para el experto en Diseño Inteligente, esta desproporción genética hace que la teoría evolucionista de la descendencia directa sea insostenible, reforzando la idea de que la vida no se explica por casualidad, sino por un diseño con una complejidad y un propósito que superan las explicaciones tradicionales.

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