Adolfo Vélez, experto alergólogo, nos da algunas pautas sobre las alergias y cómo prevenirlas.

“Dentro de los alérgenos, en Castilla y León lo que más nos toca son los pólenes. La concentración de polen es muy alta y la incidencia de estas alergias es casi de un 20%”. Los años muy húmedos provoca una gran floración, por lo que también hay más polen. Pero hay que ver cuánto tiempo dura, si caen chaparrones, heladas… Hay años que ha habido polen la incidencia ha sido baja, y otros que con menos polen ha estado más tiempo”.

Los síntomas más comunes son la rinitis alérgica. La inflamación de las vías nasales e incluso respiratorias, es lo que subyace. Eso da los cuadros de picor, taponamiento, estornudos, tos… Es una patología común a todos los cuadros inflamatorios. La alergia tiene un punto característico, que es el picor”, señala el experto.

Desde febrero “tenemos nuevos alérgenos por el cambio climático. Tejos, sabinas… que producen polen desde febrero”.

“Cuando se reúnen las condiciones, el polen pequeño aprovecha para meterse en nuestras vías respiratorias y es cuando se produce la patología”.

Generalmente la patología es progresiva. “Nacemos con una predisposición, pero esta alergia puede no manifestarse hasta los 15, 20 ó 30 años. Necesitamos estar en contacto con ese polen para sensibilizar a nuestro organismo, que fabricará unas inmunoglobulinas específicas, que producen esta reacción inflamatoria”.

El momento de acudir al alergólogo llega cuando el “niño tiene mocos o tose de forma persistente en primavera, cuando la tos es un poco fuerte o presenta limitaciones a la hora de correr… Está cansado… Cuando no puede hacer vida normal acuden a las consultas”.

Las pruebas se pueden hacer desde muy pequeños, “aunque puede haber falsos negativos…”. Identificar el alérgeno es “algo fundamental”.

El antihistamínico es la primera medicación, aunque no siempre es suficiente. “Necesitamos algo más de medicación o tratamientos y colirios…”.

El gran enemigo es el asma y una “gran parte de los asmáticos empiezan con rinitis”.

“Cada vez hay más alérgicos y hay una época en la que se ha disparado. Los factores pueden ser genéticos, ambientales, la contaminación, la higiene, las vacunas…”.

Sobre las picaduras de insectos, el experto señala que “todos los años mueren en España unas 10-12 personas por picaduras de avispas y abejas. En este caso hacemos una diferencia entre una reacción local, que aunque sea intensa no es grave, y una generalizada, que aparece a distancia de la picadura. Pueden desencadenar un shock anafiláctico y puede causar la muerte de la persona”. Existe un tratamiento específico “que consiguen unos resultados del 90-95% de éxito”, pero lo que siempre funciona es la inyección de adrenalina, es el tratamiento que salva la vida. En cuanto haya una reacción generalizada se realizan unas pruebas cutáneas, unos análisis, que permiten ver el riesgo del paciente de presentar una reacción severa anafiláctica”.

Hay una hormiga que también puede crear reacciones anafilácticas, pero los mosquitos tigre “son reacciones locales, que inyecta una sustancia para que no coagule la sangre y produce una reacción inflamatoria. Esto afecta más a unos o a otros”. Para que piquen más o menos “parece que existen unos reclamos, como la cantidad de CO2 y los olores”.