Nos visita Francisco Javier Aulestia, director científico de Cellus Biomedica, para hablarnos del afianzamiento de esta empresa en León y de un nuevo proyecto para el desarrollo de un prototipo de producto farmacéutico avanzado, para diversas enfermedades sin cura. Le acompaña la asistente de Investigación y Proyectos, Elsa González.

Cellus es una empresa de biofarma, que opera desde León y con talento leonés, aunque tiene una ‘patita’ en Boston, donde se hace la estrategia de protección de propiedad intelectual. “En este espíritu de emprendimiento y poder apalancar nuestro proyecto propio en León, hemos logrado sobrevivir e incluso estamos mejor que antes. Hemos encontrado buenos socios en la ULE, hemos establecido una alianza con ella… En esta industria tan compleja vamos a estar acompañados”, explica el director científico de Cellus.

Aulestia cree que “ha habido una conversión, la ULE se ha dado cuenta del valor que generan con su proyecto y no tienen ningún problema de colaborar con las empresas. Estamos sentando las bases para que sea más habitual esta colaboración, e incluso que salgan empresas de la propia universidad”.

González considera que en León había una separación entre la parte farmacéutica, académica y empresarial, pero esto está cambiando. Hay muchas empresas farmacéuticas y desde la universidad se están fomentando los convenios para poder seguir creciendo”.

“Este tipo de proyectos también generan oportunidades para poder crecer en tu ciudad. Aquí hay buena materia prima”, sentencia Aulestia.

Cellus es una empresa global. “Nosotros nos encargamos de la dirección de todos los proyectos del grupo. Nuestros proyectos tienen un foco específico en el desarrollo de terapias medicinales avanzadas, con el foco en enfermedades musculoesqueléticas, gástricas, sistema nervioso… con un factor común, que tienen necesidades clínicas no resueltas. No hay tratamientos de primera línea que cubran estas necesidades. Nosotros desarrollamos proyectos que permitan tener esas terapias y el desarrollo de ellas”.

El proyecto está financiado por la Junta de Castilla y León. “Tenemos varios desarrollos en fases avanzadas, transferiremos todos los procedimientos a León y complementaremos con los conocimientos de la Universidad. De esta manera podemos escalar y llevar esto a la industria, porque si no es industrializable no tiene futuro”.

El proyecto está configurado para desenvolverse en un plazo máximo de dos años y tiene dos fases: Una es la de transferir procedimientos y otra la de escalamiento. “El objetivo es el desarrollo de un prototipo de terapia para este tipo de enfermedades”.

Para Aulestia, “estamos viviendo un momento de oro para el sector biotecnológico y biofarmacéutico, y todo ha sido producto de esta pandemia”.