El doctor nos explica cuándo se enfrentó por primera vez a la teoría del Diseño Inteligente y cómo siguió investigando a otros bioquímicos que rechazan las teorías evolucionistas de la vida
Como la mayor parte de todo el mundo, el doctor Antonio Martínez también creció estudiando la Teoría de la Evolución de Darwin. Pero hubo un momento en el que se dio cuenta de que muchas cosas de esa teoría no le cuadraban.
Nos explica que fue en el año 1978 cuando era estudiante de Medicina, en esa etapa “escuche a una persona dar una conferencia que decía que no hay ninguna evidencia de que haya habido nunca evolución, es más, no hay ninguna explicación evolucionista para el origen de la vida, y tirando del hilo uno se da cuenta que ni para el origen de la vida ni cuál fue el supuesto mecanismo que propició que unos animales se transformasen en otros, que hablan de las mutaciones, pero las mutaciones siempre son negativas, por lo tanto, no puede haber un cambio de especie por mutaciones genéticas”.
Precisamente en esa conferencia escuchó hablar del bioquímico norteamericano, Dwayne Wish “que explicaba la imposibilidad del origen espontáneo de la vida, la imposibilidad de que las moléculas de proteínas de unos aminoácidos se uniesen a otros en un orden perfecto para hacer una proteína funcionante, para mi fue fundamental este doctor”.
Por otro lado, siguió investigando y ya en los años 90, que fueron fundamentales para la teoría del Diseño Inteligente, se empezó estructurar una teoría alternativa, como nos cuenta el doctor Martínez, “sobre todo a raíz del libro Proceso a Darwin de Phillip Johnson que es demoledor, ya que para explicar la selección natural y los cambios de especie no tiene ni pies ni cabeza”.
A partir de aquí, surgieron otros nombres como Michael Behe o Dean Kenyon que reforzaron la teoría del Diseño Inteligente “porque los darwinistas no quieren que sepamos de bioquímica, pero los que sabemos de bioquímica sabemos que es imposible que se formen nucleótidos espontáneamente y menos que se organicen de una forma secuencial perfecta para poder las órdenes para las proteínas que hacen que la vida funcione”.
