Nuestro nutricionista de cabecera, Emilio Blanco, nos habla de los festines navideños y de los turrones

En estos banquetes hay que tener en cuenta las patologías que se puedan tener, “aunque hay ciertas cosas que se pueden permitir porque es una infracción puntual”. Eso sí, la “moderación siempre tiene que estar presente”.

Blanco agrega que hay que tener cuidado con los productos “sin azúcares añadidos”, porque es una “trampa”.

Son fechas de excesos, pero hay siempre opciones para todos y al alcance de todos. “Hay pescados fantásticos, y carnes… Además, no va a pasar nada por comer unas gambas o chupar las cabezas… Si tenemos en cuenta que hay muchos días durante las navidades, para corregir esto”. Caldos, sopas, verduras… que se pueden incluir en cualquier comida y cena navideña. “Parece que si no hay marisco o lechazo no son navidades, pero se puede comer un buen pollo, una buena sopa de pescado…”. Añade que si vamos a infringir, “lo que tenemos es que disfrutar, con moderación, y ya flagelarnos después”.

Hay que tener también en cuenta que son cenas contundentes, con una gran ingesta calórica, también por el alcohol. Si a esto se le añade que se realizan tarde, puede causar pesadez…”Pero si una persona está sana no hay problema, y si las cosas se hacen con moderación, menos”.

Emilio Blanco también ha dado algunos apuntes sobre el turrón, un dulce muy navideño, que parte de una costumbre del siglo XVI. Hay dos tipos de turrón: el de Jijona y el de Alicante. La diferencia es la cantidad de almendras que lleva. El blando lleva un 4% más que el duro. Por cada 100 gramos son unas 500 calorías.