Este domingo se celebraba el Día Mundial contra el Melanoma, y en ‘Manos Arriba’ hemos querido hablar con un experto, el dermatólogo Pedro Sánchez, para que nos hable sobre este cáncer de piel y sobre la importancia del diagnóstico precoz

El melanoma representa el 4% de los tumores malignos de la piel, incrementando su incidencia a nivel mundial durante los últimos 25 años. La piel es el órgano más grande del cuerpo “y muchas veces lo descuidamos”. Son muchas las afecciones de la piel que requieren una adecuada atención. La exposición solar es uno de “nuestros peores enemigos”.

El melanoma es uno de los tumores cutáneos más “graves” que existen. Se producen, en un 80%, por la exposición solar, aunque también hay otras causas. Para la detección precoz, la gente tiene que mirarse la piel y ver si hay alguna mancha sospechosa. Según el especialista, existen unos signos de alarma: las reglas A,B,C,D,E. La A serían lesiones pigmentadas asimétricas; la B, aquella con bordes irregulares; la C es la que tiene varios colores; la D, el diámetro, aquellas que son más de 6 milímetros también son preocupantes. Por último, la E define dos conceptos: Uno es la evolución (cambian de color, forma, supuran…) y el otro elevaciones, las que inicialmente son planas pero se han elevado. También hay que tener en cuenta las lesiones nuevas. También existe el signo del patito feo, que parece que son todos malos, pero es la tendencia a ese tipo de lunares…

La prevención es algo fundamental y los protectores solares necesarios. Existen tres medidas para evitar la sobreexposición al sol. “Una es ponerse a la sombra, otra la que se ha usado siempre, que es la ropa, gorras…, y la tercera las cremas solares, que “lo que hay es que echarlas en la cantidad suficiente, aplicarlas 30 minutos antes de exponerse, tanto por la mañana como por la tarde, y no un factor menor de 30”. El experto añade que es importante tener en cuenta las horas de intensidad del sol, por ejemplo, el mediodía.

Los melanomas se pueden manifestar a cualquier edad, afectando también, de forma considerable, a la gente joven. “Hay que tener cuidado de no enrojecer la piel y de que no salgan ampollas”, insiste Sánchez, que señala que “el 80% del sol que cogemos a lo largo de la vida es durante los primeros 18 años, por eso en la infancia y adolescencia es cuando más hay que insistir en la protección”.