El 81% de los conductores usa dispositivos al volante; los detectores de radares son ilegales

Hace tiempo que aprendimos que la tecnología podía hacernos la vida más fácil, también cuando nos sentamos al volante. El GPS han sustituido al clásico mapa de carreteras con el objetivo de mejorar la seguridad vial pero, lejos de cumplir este objetivo, el mal uso de los dispositivos de ayuda a la conducción pueden ser fuente de distracción.

La Asociación de Víctimas de Accidentes DIA presentó el estudio sobre Nuevas Tecnologías y Hábitos de Conducción, en el que analizan la relación de los conductores con la tecnología. Supuestamente la tecnología ha llegado para ayudarnos en la conducción pero si tenemos en cuenta el índice de siniestralidad con teléfonos móviles implicados, cabe preguntarse si eso es así.

Francisco Canes, presidente de la Asociación DIA lo tiene claro: “estas herramientas utilizadas adecuadamente claro que ayudan; hay mucha tecnología diseñada para ser utilizada en el vehículo y otras como los teléfonos móviles que son para otras cosas, aunque pueden tener alguna utilidad instalada que puede ser práctica en el vehículo, pero el problema aparece cuando se usa inadecuadamente”.

Uno de los grandes quebraderos de cabeza actuales y en los que la Asociación DIA o la DGT insisten a través de acciones de concienciación es en el uso de los móviles mientras se conduce.

Canes recuerda que “es legal la utilización del móvil con manos libres, aunque pasados unos minutos perdemos la percepción del entorno y, por supuesto, hablar conduciendo sin manos libres es ilegal, al igual que escribir mensajes. Nosotros estamos hartos de ver a personas conduciendo y escribiendo un mensaje de Whatsapp y es preocupante; creemos que debe ser una cuestión de principios, que la gente rechace esas actitudes al volante”.

El estudio elaborado por la Asociación DIA revela que el 81% de los conductores utiliza algún tipo de dispositivo o asistencia cuando conduce. Por aplastante mayoría, el GPS es la tecnología más utilizada, pero no es la única, también el móvil con un GPS integrado. Según Canes, el futuro ya está aquí y seguirá encaminado a utilizar dispositivos que “nos dan avisos en tiempo real para conocer lo que va a suceder en los próximos metros (un accidente, lluvia, obras…) para poder anticiparnos al peligro”.

El estudio también revela que el 70% de los españoles no tenemos muy claro si determinado tipo de dispositivos son legales o no. Nos referimos a los avisadores, los detectores y los inhibidores de radar. Francisco Canes nos explica las diferencias porque “un avisador es legal porque simplemente nos visa cuando detecta que nos acercamos a un lugar donde el aparato tiene registrado que existe un radar; en cambio un detector recibe la frecuencia que emite el radar y tiene una intención de eludir la ley, por eso son ilegales; pero lo peor de todo son los inhibidores porque detectan las ondas del radar y anulan su funcionamiento, por lo que no podría detectar nuestro exceso de velocidad en coche”.

Resulta paradójico que algunos de estos elementos estén a la venta pero en cambio no sea legal su uso. Para la Asociación DIA esta realidad también resulta chocante: “la venta e instalación de inhibidores está prohibida en España, en cambio, la venta de detectores no está prohibida pero sí su uso; el que lo compra sabe que incumple la ley y sabe a lo que se arriesga”.

A pesar de toda la ayuda a la conducción que viene de la mano de la tecnología, a lo largo de 2016 hemos asistido a un repunte en el número de víctimas de accidentes de tráfico. Desde DIA tienen claro que el único factor no son los conductores, “la Administración Pública tiene la obligación de dar formación vial en las escuelas e institutos, de que el carné de conducir sea un carné que realmente mejore la seguridad vial, de gestionar el reciclaje de los conductores, o del mantenimiento de las carreteras; siempre pensamos que la culpa es del conductor pero las políticas viales tienen muchísimas carencias”.