Resulta desconcertante comprobar cómo en una isla como Tenerife, asentada sobre suelos volcánicos, el cultivo de la vid ha sobrevivido al paso del tiempo, enfermedades, plagas y modas. Vinocle se acerca a la cultura del vino en un viaje de ida y vuelta hasta el Valle de la Orotava.

 

Desde el programa Vinocle pretendemos acercar la cultura del vino a todos los oyentes. Los primeros programas han estado centrados en la producción vitivinícola más próxima a nuestra comunidad autónoma, pero en el programa 3, emitido el 29 de enero de 2016, Vinocle se ha trasladado a Tenerife. Hasta allí ha volado nuestro enólogo colaborador, Rubén García Franco, que nos ha descubierto una isla en la que el vino es un recurso propio que nada tiene que envidiar al turismo de sol y playa.

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Como explica Rubén García Franco, Tenerife es una isla de contrastes, con el océano al fondo y altitud en los cultivos, arraigados desde hace siglos en un suelo volcánico, vigilados por el Teide y peinados por los vientos alisios . Los viñedos pueblan las laderas manteniendo una estampa detenida en el tiempo ya que se siguen conservando los sistemas de cultivo y de poda tradicionales.

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En el norte de la isla, Montsant Cabrera explora todas las fórmulas para hacer que desde la DO. Valle de la Orotava, sus vinos obtengan la proyección y reconocimiento que merecen. Ella afirma que “el clima en la Orotava hace unos vinos excepcionales”. Los viñedos son centenarios y mantienen el sistema de conducción de cordón trenzado, único en el mundo, que une todas las cepas trenzando sus sarmientos. La DO. Agrupa un total de 16 bodegas con producciones pequeñas, y todas ellas apuestan por las variedades de uva autóctonas, con la uva Listán como principal embajadora.
Para completar la visión sobre el cultivo de la vid en Tenerife, también ha participado en este Vinocle especial Roberto Santana, enólogo de la Bodega Suertes del Marqués. Asegura que por el hecho de ser una isla, “plagas y enfermedades como la filoxera no llegaron a Tenerife, permitiendo conservar un cultivo de la vid intacto desde hace más de un siglo”. Trabajar en una isla con distintos tipos de suelo, zonas y microclimas, dota a los vinos de una singularidad que llama la atención de quien los prueba. Santana nos cuenta que el acceso a los viñedos dificulta el trabajo de viticultores, con plantaciones que están entre los 300 y los 800 metros de altitud, pero siguen manteniendo las técnicas y los sistemas de cultivo como antaño.
Muestra de ello, es uno de sus vinos, 7 Fuentes, un tinto de 2014 elaborado con Listán Negro y que conforma un vino village, o un vino de pueblo, elaborado en 38 parcelas distintas.
Otro enólogo que también desarrolla su profesión en la isla es Agustín García, de Bodegas Tajinaste. Él es un veterano en esto de poner en valor las características de los vinos tinerfeños que les hace únicos, y reconoce que “para los amantes del vino es muy exótico recorrer Canarias”.