Variedades únicas y la mejora en la de elaboración marcan la evolución de los vinos de esta tierra

Vinocle se llena de aromas cercanos. Nos los ha traído Alejandro González -Álex-, Director Técnico del Consejo Regulador de la D.O. Tierra de León. “Es una pena, pero aquí nos ha gustado siempre mucho más lo que viene de fuera, y no nos damos cuenta de que en León también se hace buen vino”.

Así empieza la conversación. Pero el mensaje es positivo, es obligación del Consejo Regulador de la D.O. Tierra de León llegar al corazón de los leoneses. Alejandro González pone cifras al negocio del vino en Tierra de León: 40 bodegas, 320 viticultores y 1450 hectáreas de viñedos. “Merece la pena descubrir lo que está haciendo esta gente, porque fuera de León ya lo están descubriendo”.
Las denominaciones de origen tienen un valor importante; son las que  garantizan la calidad de los vinos, controlan en origen que la producción se ajuste a la normativa y que los vinos que acaban llegando al mercado lo hagan con unos parámetros cualitativos y unos valores de certificación. Así lo expresa el enólogo Rubén García Franco. Pero a partir de ahí, los consejos reguladores tienen también la función de impulsar sus vinos.
Coincide con Álex, que habla de dos variedades propias, la Prieto Picudo, un uva autóctona, y la Albarín que, aunque se cultiva en otras zonas, es aquí donde mejor se expresa y saca todo su potencial. “En esa diferencia, en esas variedades únicas, es el eje sobre el que se debe articular el trabajo de la D.O. Estamos intentando colonizar el mercado en León, porque nuestros vinos pueden competir con esos otros que se están trayendo a la provincia desde otros lugares, pero también debemos recuperar el terreno perdido en Asturias, donde los vinos de León estaban muy bien valorados”.

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A la hora de explicar el motivo por el que los vinos de León no acaban de llegar a los consumidores y a los profesionales de la hostelería, Álex asegura que la crisis ha afectado de lleno a las economías familiares, y los vinos de aquí “cuesta que sean competitivos porque los costes de producción son elevados. La Prieto Picudo es una variedad que produce menos cantidad que otras como el Tempranillo y además requiere cuidados fitosanitarios que encarecen el producto. Si a eso le sumamos que competimos con otros vinos que también tienen mucha calidad y son más baratos, la ecuación es simple”. Pero, insiste, “hay que conocer lo que aquí se hace y darle una oportunidad”.
La elaboración de vino de la D.O. Tierra de León ha mejorado mucho, principalmente en los rosados, pero las bodegas llevan ya algunos años investigando con el objetivo de mejorar los tintos; este es un proceso que lleva tiempo porque comienza en el viñedo. “La Prieto Picudo es una variedad que hay que saber trabajar para hacer vinos tintos y los enólogos han avanzado mucho a la hora de elaborar tintos jóvenes”.
La otra variedad, Albarín, estaba prácticamente olvidada. En León tenemos la influencia cercana de la Verdejo de Rueda, la Albariño de Galicia o la uva Godello del Bierzo. Las bodegas leonesas se dieron cuenta de que no podían competir con ellas y rescataron la Albarín para trabajar con esta variedad que en León se da como en ningún otro lugar. Álex González recuerda que en los últimos 8 años las bodegas de la D.O. Tierra de León han pasado de tener 4 referencias de vinos blancos Albarín a las 21 actuales. “El 80% de la producción de Albarín se exporta fuera de España; tan sólo hay 85 hectáreas de esta uva en el mundo, y 52 de ellas están en León”.
El Consejo Regulador de la D.O. Tierra de León está inmerso en un cambio de nombre, aspiran a ser D.O. León. Están ahora en mitad de los trámites burocráticos para esa modificación, pero una vez que en Bruselas se apruebe el cambio, “lo ideal sería pedir en un bar un León Rosado, un León Tinto o un León Blanco”.
Las ferias promocionales para acercar estos vinos al consumidor, y también al hostelero con el objetivo de que conozca el producto y lo incluya en sus cartas de vinos es la tarea principal de la D.O.
Más a largo plazo, se está trabajando en la creación de una ruta enoturística propia, pero “ese proyecto cuesta mucho dinero y mucho trabajo ya que requiere aunar intereses de sectores como las bodegas, la hostelería y los ayuntamientos, así que la materialización de una ruta del vino de León aún está lejos de materializarse”.
Si deseas escuchar la entrevista completa, puedes hacerlo en el podcast de Vinocle