Factores genéticos, psicológicos o sociales hacen que su prevención sea una tarea casi imposible

Habitualmente hablamos de anorexia, pero esta no es más que un síntoma. La enfermedad se denomina anorexia nerviosa, un trastorno de la alimentación que cada vez se detecta a edades más tempranas.

 La anorexia como tal es una pérdida de apetito. Constituye uno de los primeros síntomas de la enfermedad real, a la que deberíamos llamar por su nombre correcto: anorexia nerviosa.

El especialista en nutrición y dietética, Emilio Blanco, abordó este grave problema de salud en el programa del 15 de febrero. Nos cuenta que esta enfermedad no es ninguna novedad. Allá por el año 200, Galeno ya describía un cuadro de sintomatología de la anorexia nerviosa y la bulimia.
Regresando a la época actual, nos encontramos con una enfermedad que, según los datos de ACAB (Asociación contra la Anorexia y la Bulimia) afecta a 26.000 chicas y 2.000 chichos en España, en el tramo de edad comprendido entre los 15 y los 20 años. Esta asociación afirma que el 70% de los enfermos consigue recuperarse, pero el tratamiento es largo y complicado.
Nuestro colaborador Emilio Blanco también coincide en esta cuestión. Se refiere a la anorexia nerviosa como una “enfermedad mental en la que confluyen aspectos psicológicos, neuroendocrinos, hormonales y/o metabólicos. Por ello, su tratamiento es también complejo y multidisciplinar, en el que intervienen profesionales sanitarios de medicina interna, endocrinología, psicología, psiquiatría, nutrición y, con especial relevancia, la familia del enfermo”.

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El apoyo de su entorno más cercano es uno de los pilares fundamentales para el tratamiento de la anorexia nerviosa.
Curiosamente, tiene más presencia en los países más desarrollados. La incidencia recae principalmente en las mujeres, con un 90% de los casos, y cada vez se detecta este trastorno a edades más tempranas, entre los 12 y los 15 años.
Existe un parámetro para detectarla: el IMC (Índice de Masa Corporal). Cuando está por debajo de 15,5 denota un claro problema de desnutrición.
Su principal sintomatología está relacionada con una aversión total hacia la comida y una percepción distorsionada de la apariencia física del enfermo.
La complejidad de este trastorno hace que la prevención sea una tarea casi imposible. Emilio Blanco recomienda pautas de alimentación y estilo de vida saludable desde los primeros años de vida de un niño, ayudando a generar autoconfianza en su cuerpo. Pero la multitud de factores que pueden desencadenar esta enfermedad hace que sea una tarea titánica poder determinar con antelación si un niño va a padecer anorexia nerviosa a lo largo de su vida.
Como explica Emilio Blanco, “no hay ningún canon de belleza que se acerque remotamente a la anorexia, pero para un enfermo, la extrema delgadez es la única versión que acepta de su cuerpo”.

Enlace de interés:

Educación para la salud (Injuve)