Belén Pérez y José Luis Chamorro, miembros del grupo de trabajo de León Ciudad Comercio Justo, nos cuentan algunos detalles sobre este tipo de comercio, así como dejan clara la importancia de apoyar a los pequeños negocios

La experiencia, que se inició hace ya una década, para este grupo de trabajo ha sido “dura, pero muy bonita”, relatan nuestros protagonistas de hoy. Y es que, “conocer y difundir en León los valores del comercio justo merece la pena. El esfuerzo lo merece, porque los resultados están ahí. Vemos cómo está siendo, cada vez más, acogido el comercio justo y el consumo responsable”. Su filosofía “va en pro de crear redes que sean sostenibles, justas y equilibradas, a todos los niveles. Incentivamos el comercio de cercanía, el pequeño comercio, etcétera”.

El sello de comercio justo incentiva una serie de productos elaborados por personas en situación de vulnerabilidad o desequilibrio. Su origen fue potenciar las estructuras comerciales de esos países desfavorecidos. “Hoy en día también nos afecta a nosotros, porque todo tiene repercusión global”, indica Pérez, que reconoce que el comercio justo está ligado a todos los objetivos de desarrollo sostenible. El comercio justo quiere que las personas puedan producir en situaciones de equilibrio comercial. Sin explotación infantil, protegiendo el Medio Ambiente, etcétera.

El reconocimiento de Ciudad por el Comercio Justo lo gestiona en España la Asociación Ideas y “el proyecto se inició originalmente en un pueblo de Inglaterra y en casi dos años pasó de no tener dónde comprar a estar lleno de establecimientos”, señala Chamorro, consciente de que “es un proyecto de fondo y a largo plazo”. De esta manera, en lo que se insiste es que “es una labor de todos, porque un comerciante no va a introducir estos productos si no los puede sacar al mercado. Esto no es solidaridad, sino una actividad de justicia y una actividad comercial. Los consumidores tienen que saber que cuando se hace la elección de un producto hace una elección por un modo y estilo de vida y sociedad”, sentencia Pérez.

El café, las infusiones, la mermelada… son los productos estrella del comercio justo, pero el mercado se ha expandido a la ropa… incluso a los teléfonos móviles.

Para reconocer estos productos existe un sello, que únicamente reconoce el producto en sí. Puede haber una empresa con varios productos con uno solo de comercio justo. Por otro lado está la acreditación, que establece que toda la organización y sus productos son de comercio justo. “Cuando un producto está acreditado tiene más valor, porque toda la empresa se dedica a eso”, añade Chamorro.

Para los leoneses que deseen comprar productos de comercio justo, el grupo de León pone a disposición un callejero, a través de su Facebook. Además, están elaborando una web propia, donde se podrá obtener toda la información sobre los productos y comercios de este tipo.