Daniel Boullosa, investigador de Ramón y Cajal en la Facultad de Actividad Física y Deporte de la Universidad de León, nos habla de los beneficios que proporciona realizar alguna actividad para la salud.

“El ejercicio reduce las probabilidades de muerte, aunque solo se haga la mitad de lo que recomienda la OMS”. Es la conclusión de un artículo basado en un estudio sobre esta premisa, pero hay matices. Lo primero que hay que tener en cuenta, según el investigador, “es que se refiere a la actividad física que no está asociada al trabajo, porque es algo repetitivo, que no produce ninguna satisfacción a realizarlo. No tiene un efecto positivo. Pero es verdad que es mejor tener un trabajo en el que nos movemos, que no sea sedentario”.

Los investigadores aplicaron unas técnicas estadísticas para intentar controlar la diferencia de los métodos de los diferentes estudios, “lo que pasa es que muchos estudios pasan cuestionarios, nos tenemos que fiar de lo que las personas reportan por sí mismas, no es una medida objetiva. El tema es que es con más de 30 millones de personas, lo que sí puede dar una cierta credibilidad. Después de aplicar estas técnicas, el titular es engañoso, porque no es que hayan enmendado la plana a la OMS, lo que parece es que una dosis menor, y no necesariamente una actividad vigorosa, ya es suficiente para tener unos efectos parecidos a una dosis mayor”.

La forma de hacer ejercicio puede ser leve, moderada o intensa, y para “alguien que no tiene herramientas… el indicador más sencillo es la respiración”. Una leve podría ser consumir algo más de energía que el reposo absoluto, con un consumo energético muy bajo. La moderada sería una caminata normal, y la intensa se refiere a “cuando empezamos a tener una demanda mayor, nos cuesta más respirar, sudamos…”.

Por otra parte, el investigador asegura que “los que están en el extremo tiene un riesgo vascular más elevado, porque hacen más de lo que nuestra genética puede soportar. Hoy en día hay atletas que se pasan de la dosis, y si nos pasamos de ella podemos perjudicar nuestra salud”. Por eso, “en el término medio está la virtud”.

En lo que se refiere a la prevención de lesiones, Boullosa agrega que “no hay evidencias de que el calentamiento contribuya a eso. Es importante para aumentar la temperatura corporal y mejorar nuestro rendimiento. Lo que sí tiene más que ver con la prevención de lesiones es el entrenamiento de fuerza”.

Otro mito es realizar unos estiramientos estáticos al calentar. “Esto hasta puede perjudicar nuestro rendimiento, porque perdemos capacidad de generar fuerza. En ese sentido es mejor hacerlo al acabar la sesión, que ayuda a relajar. Lo que no puede faltar para calentar es un ejercicio aeróbico. Con cinco minutos sería suficiente, porque ese calentamiento breve hace que el riesgo de isquemia disminuya bastante. Sería muy recomendable que como mínimo se hicieran dos o tres minutos de ejercicio aeróbico antes de los de fuerza, porque disminuye el riesgo cardiovascular”.

“El estudio confirma el mayor efecto, en porcentaje, en mortalidad por eventos cardiovasculares, y en un grado menor, en algunos cánceres. Pero también es verdad que aparecieron cánceres nuevos con este estudio, como el de vejiga. En cualquier caso, no solo es el ejercicio, sino de estilo de vida. El ejercicio es un pilar, pero hay que acompañarlo de una alimentación adecuada, tener en cuenta el nivel de estrés y el sueño”.

El experto recomienda realizar una actividad que “guste”, y a poder ser “al aire libre, por la Vitamina D. Una vez hayamos encontrado esa actividad que hagamos de forma frecuente a la semana, si nos preocupamos en el día a día de buscar situaciones en las que disminuyamos el tiempo sedentario, ya conseguiremos esos objetivos. Porque hoy en día sabemos que la actividad física es cualquier movimiento con un gasto calórico por encima del reposo, y el ejercicio es de “forma programada, con unos objetivos, de forma sistemática… Esas dos dimensiones se tienen que complementar, y la tercera es evitar el sedentarismo, porque “si pasamos mucho tiempo sentados puede incluso anular los efectos del ejercicio”.