Si nos organizamos un poco, el futuro ya está disponible para mejorar nuestro sistema sanitario

Recientemente he tenido que pasar por una intervención quirúrgica. Eso me ha dado tiempo de reflexionar acerca del largo camino que nos queda por recorrer en cuanto a la aplicación eficaz de las nuevas tecnologías en materia de sanidad. 

Resulta curioso que dentro de un Sistema Nacional de servicios sanitarios no tengamos un historial completo a disposición de cualquier galeno que lo solicite para atendernos. En cualquier punto de España, Europa o el mundo.

Nadie sabe cuántas radiografías me han hecho. Y eso se traduce en que nadie conoce la cantidad de radiación a la que he sido sometido, incrementando el riesgo de cancer por radiación.

Como tengo alergia al Yodo, cada vez que voy a ser sometido a cualquier cura tengo que estar consciente y atento para advertir de que el uso de Betadine en mis heridas acarrea una respuesta alérgica. Y lo que yo tengo no es de lo más complicado en cuanto a alergias.

En las habitaciones hay unos monitores para ver la televisión a 3,50 euros/día, también se podrían emplear para proyectar los datos de pacientes, sus resultados, pruebas, radiografías, ecografías, etc. Pero son propiedad de una empresa privada que tiene una concesión.

Mis informes, valoraciones, análisis y demás informaciones sobre mi salud no están a disposición de las personas que me deben atender en el momento en el que las solicitan. Deben ser enviadas en carpetas, una por una. Quiero decir que no hay un historial completo sobre mi salud a disposición de los profesionales médicos. En muchas ocasiones uno tiene la sensación de que el personal sanitario tiene un extra importante en su trabajo de paciencia, creatividad y riesgo para ayudarte, ya que carecen de toda la información y detalles que una vida del paciente podría aportarle. 

Gracias a todos y cada uno de los profesionales (con mayúsculas y admiración) que han hecho un trabajo genial con los recursos disponibles y un paciente no demasiado paciente. Un tirón de orejas a los políticos y encargados de pensar en construir edificios por encima de construir estructuras que garanticen el acceso a la información útil sobre el paciente, y en ayudar a los sanitarios en sus funciones.

La solución (me parece a mi) pasa por poner de acuerdo a todo el sistema de salud público nacional y europeo para compartir los datos de una forma completa y segura. Para compartir otras cosas se han puesto de acuerdo enseguida.

Comencé diciendo que queda mucho camino por recorrer. La conclusión es que como no nos pongamos las pilas pronto estaremos perdiendo tiempo, calidad de servicio, eficacia y mucha salud a cambio de edificios llenos de ladrillos y hospitales en obras eternas.