Hablamos con el virólogo y profesor de la Universidad San Pablo Ceu, para que nos de su opinión sobre la eliminación de las mascarillas en interiores, la gripalización del coronavirus o si será necesaria más vacunación.

“Entramos en una fase en la que el virus se va a convertir eventualmente en un coronavirus circulante más, y dependerá de cómo evolucione nuestra relación con el virus el que nos siga haciendo daño, por ejemplo cuando venga otra época otoñal… y empiecen a subir los casos. Esperemos que cada vez haga menos daño y que las vacunas sean funcionales y nos protejan. Que esta infección pueda ser un catarro más y que los que más riesgo tienen que tengan un fármaco para prevenir que sea algo más grave”, apunta el profesional.

Existen dos fármacos, “el último más efectivo y ya ha llegado a España y en principio será una herramienta muy útil si logramos pillar a las personas con un riesgo muy alto y se coge a tiempo. Se administra de 7 a 10 días desde el comienzo de la infección y será útil a la hora de prevenir riesgo alto”.

A partir del 20 de abril, las mascarillas dejarán de ser obligatorias en interiores, con algunas excepciones. Para Nistal, “es una situación que hay que normalizar. Hemos pasado en las últimas semanas a una vigilancia de otro tipo. En principio, la vacunación e inmunización están haciendo que la mayor parte de las infecciones sean leves. Además, vamos hacia el buen tiempo, por lo que no creo que se incrementen los casos…”.

En cuanto a la vacuna, el virólogo sostiene que “es probable que la mayoría de las personas y con la variante que está circulando, no tengan que ponerse la vacuna, a no ser que cambiase el virus y fuera necesario un refuerzo. No sabemos si la vacunación va a seguir siendo efectiva. Esperamos que sí, pero no se sabe. Con respecto a las personas de más riesgo, es algo que habrá que debatir de cara al otoño-invierno”.

Nistal considera que “la sociedad se ha dado cuenta de que somos más vulnerables de lo que parece. No todo se controla con la economía, hay que invertir en conocimiento, en el cuidado de las personas que se preparan para aprender… Hay que cuidar lo nuestro, y lo nuestro, lo primero es la salud. Y para la ciencia debería ser un impulso, para poner en valor algo muy rico como es la formación, la divulgación… sobre algo que parece trivial como son las infecciones, que pueden crear problemas muy gordos si no le prestamos atención”.