El doctor en Medicina y especialista en Oftalmología, Antonio Martínez, nos habla sobre el ‘Diseño Inteligente’, una alternativa científica a la Teoría de la Evolución de Darwin.

La teoría darwinista asegura que “todos los seres vivos somos el resultado de cambios lentos y progresivos en la vida. Pero con lo que sabemos en el siglo XXI, eso no se puede sostener. Hay que desgranar bien los planteamientos de la evolución, no sólo el Darwinismo. La Teoría de la Evolución dice que la vida se originó espontáneamente, juntándose moléculas y formando células… Por otra parte, hay una evolución de las especies, el famoso árbol de la vida. Darwin postula que las especies han ido cambiando y que la selección natural seleccionaría estos cambios para que sobreviviesen aquellos que se adaptaran mejor”. Para este científico, “con lo que sabemos hoy en día sobre lo que hay en el interior de la célula, esto es insostenible. No se ha conseguido nunca vida en laboratorio, y la ciencia no conoce ningún mecanismo, ninguna reacción físico-química que espontáneamente hubiera dado lugar a los componentes básicos de la vida, que es el material genético y las proteínas”. Con esto, Martínez señala que “físico-químicamente nadie ha dado una explicación de cómo podía haberse originado la vida espontáneamente”.

En cuanto al mecanismo de los cambios, que son las mutaciones, el doctor en Medicina apunta que “las mutaciones genéticas, cuando se dan, o no producen nada o producen la enfermedad o la muerte, no producen nada positivo. Por eso no se puede mantener las mutaciones como mecanismo. El registro de los animales que han vivido en la Tierra antes que nosotros, que han quedado fosilizados, no evidencia eso. El patrón continuado de los fósiles es que aparecen repentinamente y mantienen la forma. Hay fósiles de insectos, peces o incluso murciélagos, que son iguales a los actuales”.

Asimismo, según Martínez, lo que hace que surja esta teoría alternativa “es conocer en profundidad lo que ocurre en el interior de la célula. Hoy sabemos que una célula es como una ciudad. La más sencilla es increíblemente compleja. Tiene sus mecanismos de defensa, sus fábricas interiores, sus máquinas de alimentación… Son como fábricas, tremendamente complejas”.

En lo que concierne a la Teoría del Diseño Inteligente, el doctor agrega que “en una célula humana hay 3.000 millones de ‘letras’, el equivalente a una librería con 1.200 volúmenes con el grosor del Quijote. Si una letra está fuera de sitio puede significar que una proteína se forme mal… Entonces, entender que toda esa cantidad de información se fue acumulando por casualidad, a estas alturas es tratarnos de tontos. Además, está otro concepto, que es la Entropía, la segunda ley de la termodinámica, que se basa en que todo tiende al desorden. En la célula hay evidencias de diseño, los motores, y evidencias de inteligencia”.

La teoría surge antes de los años 90. Había críticas al “evolucionismo”. Se diferencia del creacionismo en que éste propone un dios creador, pero la Teoría del Diseño no se mete en quién es el diseñador, sólo afirma que no hay evidencias de evolución, pero sí de diseño e inteligencia. El evolucionismo es azar y tiempo”.

Ahora mismo, los defensores del Diseño Inteligente se intentan abrir camino a través de los canales informativos y de difusión.