Manos Arriba se traslada a la Fundación JuanSoñador en León, una iniciativa social que tiene como finalidad principal la prevención, educación y promoción social integral de los adolescentes y familias en situación de riesgo y exclusión social

Nos acompañan Álvaro de la Puente, representante de la fundación, y Miguel Ángel Peña, coordinador del programa Cauce que lleva a cabo este organismo.

La escuela JuanSoñador “es fruto de una necesidad que surge en la fundación. Allá por el año 1997, en León empieza a haber proyectos sociales. Se empezó con un programa de voluntariado, con un proyecto que llamamos proyecto Surco. A medida que fueron pasando los años, y en base a las necesidades que había, se fueron ampliando los recursos, haciendo integral esta respuesta a los jóvenes”. Así lo relata Peña, que recuerda que en año 1998 nace un hogar de socialización para menores. En 2001 nace un proyecto de emancipación de esos jóvenes, en 2007, el Ayuntamiento crea ‘Construyendo mi futuro’, y en 2009 nace el proyecto de intervención psicológica, para trabajar con los jóvenes y centros educativos”.

Finalmente, se llega a un proceso en el que “vemos que lo que se necesita para trabajar integralmente con estos jóvenes es tener una respuesta desde la orientación y el empleo, pero adecuada a las necesidades que teníamos. Una escuela que diera una respuesta muy directa a chicos concretos a los que no se le daba respuesta”. De ahí nace la Escuela de Formación JuanSoñador.

El representante de la fundación, por su parte, añade que “después de 20 años trabajando con los jóvenes, nosotros llegamos en 2015 por esa necesidad de formación y empleo para los jóvenes. Este problema se detectaba desde la fundación, pero también a nivel de la comunidad”. JuanSoñador es una escuela para las nueve provincias de Castilla y León y está aquí, en León”. La escuela acoge a jóvenes de entre 16 y 24 años, sin formación ni empleo, y que quieren entrar en el mercado laboral y no saben cómo hacerlo. La formación va desde la hostelería, pero también de mantenimiento de edificios, costura… “Donde vemos que hay nichos de trabajo y posibilidades reales”.

De la Puente señala también que se hacen cursos monográficos, que son “una manera de mostrar a los chicos y chicas un sector concreto”.

Dependiendo del proyecto del que se hable, los usuarios pueden llegar a través de diferentes vías. Desde el CEAS, del boca a boca…

Actualmente, la escuela finaliza un curso de hostelería y se prepara otro monográfico para enseñar cómo funciona el sector de mantenimiento de edificios.

Se unen al programa Laura Buelga, orientadora laboral del centro, y varios alumnos y ex alumnos de la escuela, para relatar su experiencia.

“Acompañamos sueños y transformamos realidades”, indica Buelga, que sostiene que el objetivo es “acompañar a los jóvenes hacia el empleo. Trabajamos a nivel grupal e individual, en este caso un itinerario de inserción socio-laboral, que consiste en trazar unos objetivos con los jóvenes, y trabajamos esas competencias”.

Los estudiantes dan fe de las posibilidades que abre esta escuela, “y se lo recomendamos a todos, porque ha sido una buena experiencia”, apunta Mireya -ex alumna-, que relata que en su caso, el esfuerzo ha dado sus frutos, porque desde que terminó el curso de ayudante de cocina ha estado trabajando de ello. “Es una oportunidad que no se puede desperdiciar. Hay que tener voluntad, iniciativa y a comerse el mundo”. Otros estudiantes actuales dejan claro que “esto ha hecho que crea más en mi misma, y estoy en un entorno maravilloso, como una familia”.