Arancha de Hoyos, de la Asociación Protectora Animales y Plantas de León, viene a Manos Arriba para hablarnos de la importancia de la concienciación y la responsabilidad de adquirir una mascota en Navidad. También nos habla sobre el caso de Klaus, que conmovió a toda la sociedad leonesa.

La portavoz de esta asociación asegura que “un animal tiene sentimientos, crece, muerde y es un miembro más de la familia. A la hora de hacer planteamiento de vacaciones… es uno más. Yo diría a quienes lo quieren que antes vayan a la protectora unos días y se conciencie”.

De Hoyos añade que “siempre se pregunta por los cachorros, y siempre les decimos que hay otros perros algo más mayores, pero que dan el doble de cariño, sabemos el tamaño y el carácter que tiene… Darles respuesta a estos animales es bastante importante”. Cree que la gente se está cada vez concienciando más, y cada vez hay más casas de acogida para los ‘yayos’, los perros mayores que en los últimos días de su vida pueden conocer otro aspecto del ser humano, estando cuidados y queridos”.

La representante de la asociación señala que también hay un problema con los gatos, y su abandono empieza a partir de marzo, con las nuevas camadas. En cuanto a los perros, estas son las peores épocas, aunque los abandonos se “producen siempre”, sentencia.

Arancha de Hoyos insiste en la necesidad de personas que vayan a la protectora a pasear a los perros, porque “muchos de los voluntarios que tenemos son estudiantes y no están ahora y los perros tienen la costumbre de mimos y paseos de una hora”.

El milagro de Klaus

La historia de Klaus conmovió a los leoneses. Este mastín llegó a la protectora después de encontrarle ensangrentado sobre la nieve. Se le llevó al veterinario intentando salvar su vida, pero los daños eran irreversibles y finalmente murió. Se han expuestos las pruebas, “y demuestran que se cebaron con él. Lo que le hicieron no tiene nombre. Luchamos por él, pero no había nada que hacer y por lo menos, aunque fuera poco y al final, conoció otro lado del ser humano”. Arancha agrega que “la gente también se volcó y muchos querían colaborar. Lo llamamos el milagro de Klaus.

La protectora está frente al punto limpio, donde el Mercado de Ganados.