8.000 viviendas en León ya tienen el certificado energético, que evalúa las emisiones de CO2

Todos los inmuebles de nueva construcción deben tener el certificado energético, un sello que indica su calidad energética en un baremo máximo de A hasta un mínimo G. Este certificado es desde julio de 2013 obligado para poder vender o alquilar un inmueble. Así lo ha explicado en Manos Arriba Alfredo Cadórniga, responsable de certificación energética del Ente Regional de la Energía (EREN).

La calificación del certificado energético se realiza sobre las emisiones de CO2 y analiza, entre otros aspectos, la calefacción, refrigeración, agua caliente, ventilación e iluminación. La exigencia de esta certificación nace de una directiva europea que, aunque no vinculante, sí es obligatoria para todos los inmuebles, nuevos o no, que sean vendidos o arrendados.

Alfredo Cadórniga ha explicado que dicho sello es expedido por técnicos competentes en certificación, como ingenieros o arquitectos. El coste que supone para el propietario de una vivienda, por ejemplo, depende de quien realice dicho certificado y de la tipologia del edificio o vivienda. Al respecto, Cadórniga ha recomendado ponerse en contacto con los colegios profesionales o solicitar información en el EREN.

Disponer de una alta calificación puede influir en el precio de la venta o alquiler. Entre una calificación A y una G puede haber una diferencia del 14%. Según Cadórniga, si la vivienda en cuestión tiene una calificación B o C se puede pedir más precio que si tiene de E en adelante. No obstante, entre el 50% y el 60% de las viviendas con certificación energética tienen una catalogación E. Con A, B y C suponen cerca del 3%. El edificio del EREN es el único de Castilla y León con sello de eficiencia energética A. Para conseguir la máxima calificación (A) el edificio ha de demandar muy poca energía, debe estar muy bien aislado y utilizar energías renovables.

Alfredo Cadórniga ha anunciado que el EREN realizará una campaña de inspección y control de los certificados energéticos. No disponer del  mismo en caso de venta o alquiler puede acarrear una sanción de entre 300 y 6.000 euros.

En el conjunto de Castilla y León, 41.200 viviendas ya disponen del sello energético, de las que cerca de 8.000 están en la provincia leonesa. Están exentas de contar con el certificado todas las viviendas de menos de 50 metros cuadrados aisladas físicamente, talleres, edificios industriales y agricolas.