María, de Disfraces Gil y Carrasco, explica a los oyentes de ‘Manos Arriba’ que, a pesar de las circunstancias, la “alegría” ha tomado León en estas fechas tan señaladas

Y es que, este año no se han podido celebrar grandes desfiles, ni fiestas de disfraces, ni ningún evento que implique masificaciones y contactos. La situación así lo pedía. Pero todo eso no ha impedido que el espíritu del carnaval haya seguido muy vivo estos días. La gerente de este establecimiento leonés asegura que la gente, sobre todo clientes de siempre, han seguido acudiendo a este local para adquirir nuevos disfraces. Principalmente de niños, porque este colectivo se merece algo de color en estos tiempos grises.

María sostiene que muchas personas han querido celebrar el carnaval en sus casas; otras salen a la calle disfrazadas… Todo para seguir manteniendo la ilusión durante la celebración de la fiesta más colorida y divertida del año. Pero todo esto no hace olvidar la difícil situación a la que se enfrentan los establecimientos comerciales y la hostelería, que siguen, como pueden, tirando del carro para sobrevivir a esta crisis, bajo el lema ‘voy a resistir’, “como sea”.

Como miembro de la Asociación de Comerciantes del Centro de León, María habla sobre el ánimo que se respira entre el sector. “No sabemos cómo saldremos de ésta, aunque estoy convencida de que saldremos, pero por nuestros propios medios”, porque, relata,las ayudas no llegan.

Disfraces Gil y Carrasco no es una tienda de disfraces al uso, sino que es todo un vestidor en el que, no solo ahora por la Covid-19, sino de siempre, mantienen un nivel de higiene y limpieza óptimo en sus prendas, con exhaustivos lavados y desinfecciones, para garantizar la seguridad sanitaria de los clientes. Se trata de un edificio de dos plantas llenas de ropa de diferentes épocas, desde boas de los años 40 hasta disfraces para animales. Un vestuario cinematográfico adaptado a las telas. Caracterizaciones realizadas con tejidos de calidad, y siempre enmarcadas en el humor y la diversión.