Nos visitan Roberto Garrido Merino, presidente de la Asociación de Pacientes Pro Qualitas Vitae, y Camino García, miembro también de este organismo, para hablarnos del estado de la Unidad del Dolor del Hospital de León.

“A la unidad llegan pacientes que ya han sido tratados en otras. Llegan a un cajón desastre en el que hay muchas dolencias, entre ellas el dolor crónico”. El presidente de la Asociación pide que “se nos atienda. No nos van a quitar lo que tenemos, pero sí nos darán un apoyo importante”, insiste.

Garrido habla de un fármaco que se ha quitado de Primaria, porque “han querido, porque según el Ministerio solo había que rebajarlo, porque es muy fuerte. Los números que tenemos, con los que tiene Farmacia, no coincidían. Éramos más de nueve personas. A estas personas les han quitado este medicamento, y no se pueden quitar de un día para otro. Han llegado a haber suicidios. Hay quien por el dolor que tiene prefiere morir. ¿Hasta qué punto llega ese dolor para pedir ese fin?”, indica.

El presidente insiste en que “hay médicos que infringen dolor a los pacientes, porque hay técnicas que se aplican que no sirven para lo que se están usando. Hay otros métodos”, agrega.

La demanda de esta Asociación para León pasa por una atención más adecuada sobre el tratamiento del dolor. “Hay varios documentos en la página del Ministerio de Sanidad, que son acuerdos entre consejeros. Uno es el abordaje del dolor (libro blanco) y el otro tiene que ver con la organización de las unidades del dolor. Hay comunidades que lo han llevado a cabo y funcionan bien. Aquí no se ha hecho”, señala García.

Los representantes de este organismo creen que “aquí hay ciudadanos de primera y de quinta, como en el Bierzo, que está desamparado. Es más, si quiere tener un mínimo de asistencia, más vale que se vaya a una consulta particular”.

Aseguran que se trata de una cuestión de “voluntad. Se trata de formación. Que metan médicos que sepan tratar el dolor y sobre todo, que tengan empatía. No se pueden dar altas por fracaso terapéutico masivamente ni enfocar a los pacientes del dolor a Psiquiatría. Son personas que van a tener una dolencia durante toda su vida”, sostienen los representantes de la asociación, que apuntan, también, que “dos tercios de la población somos susceptibles de tener un dolor. Aquí en León no es igual que en Valladolid. Allí se vive a un nivel europeo y nosotros casi africano, a nivel económico. Allí hay industria y aquí no, pero allí no ha habido minería y aquí sí. Tampoco es igual la agricultura. Todo ha sido mucho más precario aquí”. Y lanzan una pregunta: “¿Por qué hay una unidad de raquis?”.

García incide en que “les hemos propuesto que la gente con fibromialgia sean atendidos en la unidad del dolor. Quien está fallando como profesional con los pacientes de la unidad del dolor, con las fibromialgias tienen un acierto del 100%. ¿Por qué no se hace una unidad de fibromialgia?”.

En definitiva, el mensaje de la Asociación es que “los profesionales dejen de tener luchas de egos, que aprendan a trabajar en equipo, por y para los pacientes, y que aprendan a ser lo que son y para lo que en su día estudiaron”. También es importante que “haya voluntad política”. Asimismo, piden que los pacientes que están en Primaria puedan llegar a la Unidad del Dolor. No queremos mayor financiación, sino que no nos dejen a la deriva. Hay muy mal reparto”, sentencian.