Manos Arriba viajero se desplaza hasta la ribera izquierda del río Esla, en concreto hasta Fresno de la Vega. Conocemos más de cerca el gran cultivo de todo tipo de hortalizas que se da en esta zona. Nos acompaña el gerente de la Huerta de Fresno, Ramón Bodega.

La Huerta de Fresno celebra sus bodas de plata. 25 años apostando por lo autóctono. Esta aventura empezó como un sueño. “El objetivo era hacer algo más con el pimiento, que es una de nuestras señas de identidad. No teníamos experiencia, pero sí un montón de ganas, ilusión y expectativas”.

La tierra de Fresno está regada por el Esla, y el éxito de la Huerta de Fresno radica en que “si un producto que tiene siglos de historia como es el pimiento ha subsistido tanto tiempo, ¿Por qué no lo va a hacer ahora?”. Y es que, los tiempos han cambiado, el campo se ha mecanizado y se ha “actualizado” la tradición, pero la esencia es la misma, mantener este exquisito producto en su mejor versión.

Este sueño ha tenido continuidad, pese al sacrificio que supone emprender una aventura de estas características, gracias al apoyo de “la familia”. En este caso, Ángela Bodega, hija de Ramón, señala que “tal vez, el principal problema que se encuentran los jóvenes a la hora de emprender, como a mi me ha pasado, es el miedo. Somos capaces de hacer muchas cosas y de luchar por un sueño que lleva muchos años en progreso. Hay que seguir trabajando, seguir innovando, introduciendo proyectos nuevos que, poco a poco, darán sus frutos”. En este sentido, destacar que, además de las variedades de pimientos que ofrece la Huerta de Fresno, cuyo máximo representante es el pimiento asado, “también está el entrecallao, que se ha adaptado a las necesidades del mercado. Hemos sacado pimientos dulces, también hemos ido a la tendencia de los platos preparados y la última novedad es la fragua, un picante de jalapeños natural”.

En cuanto al futuro, la idea es “seguir creciendo, que el pueblo también crezca y también llegar a otros mercados a través de la exportación”.

Estos emprendedores aseguran que “emprender es renunciar a muchas cosas, es una pequeña maratón”, pero tiene sus recompensas. “La gente tiene que creer en sí misma y valorar sus posibilidades”.

Sin embargo, no es todo oro lo que reluce. Víctor, uno de los veteranos de Fresno, reconoce que no ha habido mucho apoyo ni por parte del pueblo ni por la administración.

Por otra parte, el gerente de POEDA, Javier Suárez, sostiene que el medio rural es uno de los grandes responsables de la calidad de vida también de las ciudades.

POEDA ha dado un empujón al medio rural. Concretamente, a 53 ayuntamientos. Suárez asegura que “somos proyectos de bajo impacto, tenemos subvenciones pequeñas, pero las suficientes para que estas empresas puedan empezar a andar, o ampliar o modernizar sus instalaciones, siempre a cambio de puestos de trabajo”. La ventaja de la zona de POEDA es que es “muy dinámica y se crean sinergias”.

Pero además de la huerta, Fresno también es un referente en artesanía. Este Ayuntamiento dispone de un edificio dedicado a los talleres de artesanía.