Juan Mateo Fernández, director de la Residencia Geriátrica Arroyo de Valdearcos, nos habla sobre el tipo de residencias que existen y las diferencias entre ellas.

Las residencias públicas se gestionan mediante la administración, que “tienen su propio régimen de funcionamiento”. Para acceder a ellas existen unas listas de espera, a las que se acceden a través de las Ley de Dependencia. “En una residencia privada, si hay plaza y convence el precio entra, en las públicas no es así. La principal diferencia entre unas y otras es el coste, porque los servicios son más o menos las mismas. En la pública, el usuario aporta un porcentaje de su pensión, independientemente del grado de dependencia. En una privada depende el grado de dependencia…”.

Lo público “es todo público, y aparece todo claro en el BOCyL. Una persona puede solicitar una plaza pública, para ello tiene que tener un grado de dependencia. En función de ello se le conceden unos puntos, que dependen de un conjunto de factores, como el patrimonio, el tema social y familiar, la dependencia que tiene… La persona puede solicitar una plaza en una residencia determinada en una localidad, provincia o comunidad…”.

Todo el tema residencial “depende de la Junta de Castilla y León”, señala Mateo Fernández.

La ventaja de las privadas son los “servicios extras”. “Para acceder a una residencia privada, por ley, tenemos que presentar los precios que tendremos para ese año, en las diferentes categorías. Hay tres tarifas”.

En el medio estarían las privadas-concertadas, como Arroyo de Valdearcos. En este caso hay plazas públicas y privadas. “No se paga lo mismo, aunque los servicios sí lo son. Lo que tenemos las concertadas es que, al depender también de la administración, somos más estrictos en temas de servicios, limpieza…”.