“Los políticos nos están quitando el sentido del humor”

Crítico con lo que nos rodea, harto de los políticos y con la libertad que le otorga cumplir años, el dibujante y humorista Fer nos visita para hablar sin pelos en la lengua de libros, censura, prensa y chorizos.

Convaleciente aún después de una operación quirúrgica seria, José Antonio Fernández, más conocido como Fer, hace una escapada a su tierra natal con motivo de las Jornadas Gastronómicas de la Trucha. Aprovecha los viajes a León para visitar su pueblo, Mansilla de las Mulas: “Como vivo en Barcelona, mi padre me insistió siempre en que no olvidase mis orígenes, porque pierdes identidad”.
Fer ha sido dibujante toda su vida, colaborando en publicaciones como El Papus o El Jueves, actividad que compaginó con la de profesor de historia en un instituto de Barcelona. Abandonó la docencia cuando le ofrecieron la oportunidad de dirigir la revista El Jueves. En la actualidad sigue ofreciendo su particular visión del mundo como dibujante del diario catalán Avui (hoy reconvertido a El Punt Avui) y es una cara habitual de las tertulias políticas en TV3, en las que suele aparecer con un chorizo en la mano, “pero me molesta que a los políticos corruptos de este país se les llame chorizos, asociándoles a algo tan bueno que tenemos en León como nuestro chorizo”.
Sobre el independentismo, está convencido de que “el gran problema viene de cómo abordaron este asunto Rajoy y el PP, si hubiesen dejado hacer el referéndum hubiesen perdido, pero los nacionalismos están manipulados por los políticos desde la época de Isabel II”.
Tiene entre manos un proyecto muy personal, aún sin terminar y sin bautizar, porque se trata casi de un trabajo artesanal. Está elaborando un libro de recetas de León que incluyen platos tan caseros como el cocido con rellenos de Julita (su madre) de Cerezales, las bolas de patatas de Visitación de Riello, o los cangrejos de su tía de Sabero. “Es un libro hecho a mano, con plumilla y tinta china para la caligrafía y los dibujos que acompañan cada receta”.
Fer ha ido recopilando recetas ligadas a su familia y también secuestradas de bares y restaurantes, secretos de cocina que ha conseguido a cambio de regalar dibujos originales a los cocineros, un soborno que le viene de perlas para su libro, pero también para poner en práctica esas recetas, ya que Fer se siente en la cocina como pez en el agua, aunque no siempre fue así: “he mirado mucho a mi madre cuando ella cocinaba y, cuando me casé, mi mujer no tenía ni idea de cocinar así que llamaba a mi madre y le pedía las recetas por teléfono y las apuntaba, así fue como espabilé”.
Ahora es todo un profesional de los fogones que organiza cocidos en su casa de Barcelona siguiendo la receta de su madre, quedadas gastronómicas a las que también ha acudido Artur Mas, quien “se puso morado a cocido y, después de recoger la mesa, se llevó para su casa un chorizo de León”. En estas reuniones alrededor de un cocido los invitados se sorprenden cuando prueban los rellenos “les encantan y los que ya los conocen se me cuelan en la cocina y me los mangan”.
Este recetario está elaborado íntegramente a mano, y son pocos los dibujantes que aún no han sucumbido a diseñar en el ordenador, “sólo quedamos el Kim de Martínez el facha, Enrique Ventura y yo, que todavía vamos a pincel”.
Sobre su etapa en el semanario El Jueves, Fer asegura que en la actualidad no lo sigue mucho tras la marcha en 2014 de gran parte de plantel de dibujantes colaboradores por un cambio de última hora en la portada prevista, pero sí habla con nostalgia de lo mucho que echa de menos “el ambiente aquel cuando estaba el Gin y toda aquella gente… yo daba clases de historia en un instituto y cuando salía les decía a mis alumnos que me tocaba salir al recreo, y me iba a la redacción a trabajar. En aquella época El Jueves era una alegría”.
Empezó a trabajar en los años 70, y en aquella época “sabías escaquear muy bien la censura, hoy es mucho más difícil porque la de ahora es diferente, no puedes decir el nombre de una marca porque pone publicidad en el periódico, por ejemplo. Y aquí en Cataluña no me han dejado sacar ni un chiste con Puigdemont, ni tocar el tema de los Pujol ni el del yihaidismo”.
También asegura que le debe la vida a Franco porque cuando estaba haciendo la película “Historias de amor y masacre” la cesura no aprobó el final así que le llamaron para que cambiara el desenlace de la película inmediatamente y no fue a trabajar al día siguiente a la redacción de El Papus, con la coincidencia de que fue ese día cuando estalló la bomba que desplazó su mesa más de 5 metros, escapando de la muerte de forma casi milagrosa.
Pese a su sonrisa perenne, Fer asegura que “nos están quitando el sentido del humor, aunque yo creo que deberíamos reírnos de todo, total, para lo que me queda en el convento…”.