Atajar la despoblación rural y mejorar las comunicaciones son los retos del presidente de la Diputación de León

Cuando  cumple poco más de un año al frente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo defiende el papel de la institución ante las voces e informes críticos que claman por su desaparición.

 Está orgulloso de presidir la Diputación de León. Para él es “un reto político e institucional porque conocía la situación en la que estaba la institución provincial y  aun así,a con mucha ilusión y ganas por parte del equipo de gobierno, estamos encantados de poder gestionar los intereses de la provincia, intentando darle la vuelta a las cosas”.

Esta entrevista se produce al día siguiente de la publicación del estudio Coste y utilidad de las diputaciones provinciales: claves para un debate necesario”, coordinado por la fundación ¿Hay Derecho?, en el que se cuestiona la eficacia de las diputaciones, el coste de sus redes clientelares y el ahorro de 600 millones de euros si se suprimieran de inmediato.

Para Martínez Majo este estudio demuestra que “los políticos de las grandes urbes desconocen la realidad de este país porque aunque más del 50% de la población resida en ciudades, el resto de habitantes lo hace en núcleos rurales en los que la vida y las necesidades de quienes los habitan, son muy diferentes”. Y cita el caso de León, una provincia que se aleja de la media, con 208 municipios de menos de 20.000 habitantes, de los cuales, el 80% tiene menos de 1.000 habitantes. Para el presidente de la Diputación de León, esta institución “es la más cercana y la que mejor conoce los problemas y necesidades de las áreas rurales porque somos los representantes de los pueblos los que nos sentamos en el plenario; no quiero ni pensar en lo que ocurriría si en una provincia como la nuestra se suprimiera la Diputación”.

Califica este informe de “torticero, entre otras cosas porque dice que el coste de administración de las diputaciones es el 50%, pero ahí también incluyen las inversiones que hacemos en los pueblos y la deuda”. 

Martínez Majo defiende la necesidad de igualar los derechos y oportunidades de los habitantes de los pueblos y los de las ciudades, que las oportunidades sean las mismas para todos y que nadie se convierta en ciudadano de segunda.  Pero la realidad es que este informe de la fundación ¿Hay Derecho? es una voz más de las muchas que abogan por la desaparición de las diputaciones. Majo insiste en que le encantaría recibir a los autores del estudio, “enseñarles la provincia de punta a punta, su diversidad, para que conozcan el ámbito rural y qué inversiones van a llegar a los pueblos ahora que la situación interna de la Diputación es más estable de lo que ha sido en los últimos dos años por todas las vicisitudes por las que hemos tenido que pasar”.

Lo dice quien presume de conocer la realidad de los pueblos y está orgulloso de sus orígenes: “yo nací en un pueblo con 5 vacas, 13 ovejas y 10 hectáreas de terreno, soy de Velilla de la Reina y ahora soy alcalde de Valencia de Don Juan, uno de esos municipios intermedios que tienen la obligación ética de prestar servicios a otros pueblos que no los tienen”.

A pesar de que su trabajo le ha obligado a vivir la mayor parte del tiempo en León, le gusta mezclarse con la gente y hablar con las personas que se acercan a él porque “los políticos estamos para dar servicio a los ciudadanos y escucharles, la gente en la calle no te incordia, más bien te ayuda avisándote si hay cosas que no estás haciendo bien; en la calle se aprende más que en los despachos”.

Aún tiene más de media legislatura por delante, en la que afronta algunos retos estratégicos. El primero de ellos el atajar el problema de la despoblación, algo “para lo que no hay varitas mágicas; tenemos que hacer atractiva la provincia de León desde todos los puntos de vista, principalmente desde el  industrial, para el que pedimos el compromiso de la Junta de Castilla y León, y el turístico, con la implicación de los ayuntamientos”. La provincia de León posee un enorme patrimonio  arquitectónico, etnográfico, ambiental y cultural, y “hay que trabajar bien este aspecto turístico para atraer población y negocios, que repercutirán en la actividad de los pueblos”.

Otro reto es la mejora de las comunicaciones por carretera, para que sean seguras y contribuyan a la  dinamización de las comarcas.

Y en último lugar, quiere mejorar la implantación de los sistemas de telefonía en Internet en las zonas rurales, en colaboración con la Junta de Castilla y León y el Estado, porque sin buenas telecomunicaciones es imposible fijar población y actividad económica.

El potencial turístico de León es la gran piedra angular del desarrollo de la provincia, “tenemos que convertirnos en la primera potencia turística de interior porque tenemos los recursos, nos falta ponerlos en valor y, sobre todo, saber venderlos fuera, esa es la tarea que tenemos pendiente”.

Juan Martínez Majo quiere acabar su legislatura con tres objetivos cumplidos: para empezar, resolver el tema de los bomberos “que puede que no sea de la forma más satisfactoria para todos pero deseo que la Diputación de León tenga todo el peso y que no tengamos que ir a los ayuntamientos, a pesar de ser ellos los que tienen la competencia,  pero que podamos asumirla nosotros y liberar a los ayuntamientos de esta responsabilidad”.

También quiere mejorar las infraestructuras y carreteras en los municipios pero “desde el punto de vista de que sirvan para el desarrollo económico de los territorios, no solo de un ayuntamiento concreto, que pasa mucho con algunas carreteras que parece que no van a ningún pueblo concreto pero que son clave para toda una zona”.

Y en último lugar, Majo se propone un reto, “probablemente el más complicado de todos, que es generar ilusión en los leoneses, tener claro que si en otros lugares pueden, nosotros también, que debemos invertir la tendencia y que si creemos que León va a mejor, que vamos a defender la provincia y a generar riqueza, estaremos haciendo algo grande”.

Si deseas escuchar la entrevista completa, puedes hacerlo en el podcast.