Una quemadura en la niñez puede ser un tumor en el futuro

No hay cremas buenas a 2 euros

¿Concedes prioridad a la salud de tu piel o caes en la tentación estética de conseguir un bronceado rápido? En este artículo te contamos cómo aunar estos dos aspectos sin ponerte en riesgo.

El presidente de la Fundación Piel Sana, el doctor Jorge Soto, nos da las claves para no tener sustos con el sol. La exposición de nuestra piel sin protección tiene dos consecuencias inmediatas: “la primera es que la probabilidad de tener un tumor si te quemas unas cuantas veces en tu vida crece exponencialmente, esto es como un sorteo en el que cada vez que no proteges la piel acabas comprando boletos para un cáncer; y la segunda consecuencia es que sin protección vas a envejecer mucho peor, y esos efectos los notarás a partir de los 50-60 años, ya que tu aspecto será mucho más avejentado del que debiera, con más arrugas y manchas”.
Jorge Soto narra las consecuencias indeseadas de exponernos al sol sin la protección adecuada. Desde su consulta dermatológica insiste en que lo primordial es conocerse a uno mismo para saber cómo podemos exponernos a los rayos solares.
Cuidado especial merecen los niños y “afortunadamente va aumentando el número de padres que transmiten a sus hijos la necesidad de utilizar cremas, gorros, camisetas… y también la cultura de disfrutar de la vía pero poniendo ciertos límites en función de las peculiaridades de cada piel”.
En el mercado existen multitud de cremas protectoras pero ¿son todas iguales? El doctor Soto lo tiene claro: “por supuesto que no, ni todas las cremas son iguales ni todas protegen lo mismo. Pero en un perfil de fabricante medio o medio-alto, el nivel de protección es similar.
Los españoles tendemos a aplicarnos la crema protectora en cantidades insuficientes, por lo que “la protección que marca el envase (30, por ejemplo), sólo se produce si te aplicas una determinada cantidad y si te echas menos crema y la extiendes mucho, el índice de protección baja”.
Así que no debemos ser tacaños con la cantidad de crema y lo conveniente es aplicarla como mínimo 30 minutos antes de que vayamos a exponer nuestra piel al sol.
Algunas cremas son particularmente densas y nos dejan la piel de color blanco. Habitualmente son cremas infantiles y “pese a lo antiestético de llevar la piel de otro color, esas marcas son un indicador de cuándo va desapareciendo la crema y de cuándo debemos reaplicar más”.

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Pero la protección solar no termina con las cremas, el doctor Soto recomienda siempre un sombrero o una camiseta, que son elementos fundamentales. De hecho, “el sombrero debería formar parte de la indumentaria diaria de los españoles en verano porque protege mejor que las viseras, que están más orientadas a mejorar la visión que a alejarnos de los rayos solares”.
¿Cómo elegir el factor de protección de nuestra crema? Jorge Soto lo tiene claro: “nunca un protector menor de 30 y al principio de la temporada, mejor uno de 50, que sea de un fabricante reconocido e importante procedente de la industria cosmética o química; no hay que irse a productos carísimos pero tampoco a cremas de 2 euros, con uno de precio medio es suficiente”.

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Tampoco tiene ningún sentido reducir el factor de protección de nuestra crema a medida que avanza el verano y nos vamos poniendo morenos porque, como afirma el dermatólogo, “también bajamos el nivel de protección a los rayos solares y por tanto envejecemos más y seguimos aumentando el riesgo de un tumor, por lo que lo ideal sería compra crema de un índice adecuado a nuestra piel y mantenerla todo el verano”.
El cuerpo nos lanza señales de alerta para advertirnos de posibles quemaduras. Que el color de la piel se vuelva rosáceo es un indicativo de que estamos empezando a quemarnos. Para reparar el daño, debemos retirarnos del sol inmediatamente y durante un periodo prolongado. “Si nos vamos de vacaciones y nos quemamos el primer día, debería terminar ahí nuestra exposición al sol durante todas las vacaciones”, argumenta Jorge Soto.
Queda claro que debemos protegernos del sol durante el verano pero, ¿qué hacer en invierno? “En lugares como León no es necesario utilizar crema de protección solar durante todo el año porque la radiación no es alta en invierno, al contrario de lo que sucede en otros lugares como Málaga, donde sí es recomendable seguir utilizando protectores solares una vez finalizada la temporada estival”.
El dermatólogo Jorge Soto insiste en “no demonizar al sol, sino adaptarnos a él según las peculiaridades de nuestra piel; el sol es fundamental para que nuestro cuerpo produzca vitamina D, que es la encargada de fijar el calcio a los huesos, por este motivo debemos encontrar el equilibrio entre la protección solar necesaria para nuestra salud y el componente estético”.