Aislar, regular, controlar y buscar sistemas eficientes ayudará a reducir la factura de calefacción

La partida económica más importante del año en cualquier hogar se la lleva la calefacción, y más aún en zonas con inviernos severos como León. ¿Estás sacando todo el partido posible a tu sistema de calefacción? Con la colaboración del EREN te invitamos a descubrir qué estás haciendo mal.

El Ente Regional de la Energía (EREN) de la Junta de Castilla y León está ubicado en León. Su sede fue construida bajo criterios de eficiencia energética y pueden presumir de ser tremendamente respetuosos con el entorno. Nos dejamos aconsejar por Roberto Getino, Jefe del Departamento de Eficiencia y Ahorro de Energía, para saber cómo optimizar el gasto en calefacción sin renunciar a estar a gusto en nuestra propia casa.
Hay una temperatura ideal que es la de 21 grados, es una temperatura de confort universalmente acordada que no debemos sobrepasar. Para regularla podemos ayudarnos de un termostato. Con uno de estos aparatos instalados en casa, podemos regular la temperatura de forma exacta y automática, despreocupándonos de hacerlo de manera manual.
En España el 60% de las viviendas son antiguas, fueron construidas antes de los años 80 y, por ende, sus instalaciones de calefacción también suelen tener muchos años.
Las válvulas termostáticas de los radiadores nos permiten abrir o cerrar el aporte de agua caliente que entra en los radiadores para homogeneizar la temperatura en todos los rincones de la casa, ya que siempre hay algunas zonas que son más frías que otras.
En las viviendas antiguas hay ir que haciendo reformas para reforzar la eficiencia energética. Las envolventes de edificios anteriores a la década de los 80 no tienen un aislamiento correcto. También hay que prestar atención a las ventanas porque una vez instaladas, con el paso del tiempo e incluso si son muy buenas, pierden la planitud y el viento genera movimientos de aire que hacen que tengamos corrientes que pueden rebajar hasta un 15% la temperatura interior. Para evitarlo, es conveniente reparar las ventanas, reajustando las bisagras para que vuelvan a recuperar su capacidad de aislamiento.

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A la hora de hablar de los diferentes sistemas de calefacción, el más eficiente siempre es aquel que está más centralizado, aunque últimamente los avances técnicos nos dejan calderas de condensación individuales que están mejorando mucho sus rendimientos.
En cualquier caso, la clave es aislar, regular y controlar y, a partir de ahí, intentar buscar un sistema de calefacción lo más eficiente posible.
Debemos pensar en el más allá, en el cambio climático. Los estudios dicen que se están desplazando las estaciones y lo vemos cada año, el invierno llega más tarde de lo habitual, y el verano también entra con retraso. Si somos capaces de reducir un 15% el consumo de combustible, también estaremos reduciendo un 15% las emisiones de CO2, y disminuiremos la dependencia exterior que tenemos de combustibles.
Para ejemplarizarlo, ponemos el caso de una vivienda tipo de 90 metros cuadrados y las emisiones que produce en función del combustible que utiliza para su sistema de calefacción:
Biomasa: 0,84 toneladas/año
Gas natural: 2,81 toneladas/año
Gasóleo: 3,77 toneladas/año
Carbón: 5,38 toneladas/año
Las energías renovables son el futuro desde el punto de vista ambiental porque reducen notablemente las emisiones. Pero hay una dependencia de las fuentes de energía no renovables ya que es imposible sustituir el 100% de la energía por fuentes no contaminantes, así que hay una serie de combustibles como el gas natural que podemos utilizar con equipos o sistemas muy eficientes. Por ejemplo, las redes de calor y frío, las denominadas district heating, son redes centralizadas que distribuyen agua a través de una ciudad, son sistemas que ayudan mucho a mejorar la eficiencia energética y el rendimiento de muchas instalaciones porque se están centralizando en un solo punto.

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¿Cómo planificamos el uso de la calefacción en una vivienda? Lo fundamental es tener claros los horarios en los que habrá gente en casa. Roberto Getino nos aporta algunos consejos sencillos de implementar.
Es fundamental ventilar bien la casa, con 10 minutos al día sería suficiente. Durante ese periodo, es absurdo tener encendida la calefacción, igual que cuando estamos trabajando en la cocina, porque la cocina genera calor.
Lo ideal es utilizar un termostato electrónico que nos permita discriminar entre periodos de semana y de fin de semana ya que nuestros hábitos de estancia en casa varían.
Hasta las 18:00, si no suele haber gente en casa, lo ideal es mantener la temperatura a 19 grados y de ahí a las 21:00 de la noche, se sube a 21 grados, que es cuando la casa está ocupada y cuando nos tumbamos en el sofá y necesitamos mayor temperatura. Por la noche, si la casa está bien aislada, debemos apagar la calefacción porque no se perderá mucho más de 1 grado.
Si dejamos descender mucho la temperatura, luego cuesta más levantar esos 3-4 grados, por lo que sería más interesante mantener una temperatura estable un poco más alta para no necesitar esos picos de gasto.
Tampoco debemos ‘robar’ calefacción al vecino. A través de los muros medianeros de las viviendas nos llega el calor del vecino y, si no encendemos la calefacción para aprovecharnos del calor que llega de otras casas, estaremos obligando a nuestros vecinos a gastar aún más para mantener el calor en sus viviendas.
El EREN y la Dirección General de Minas están preparando una convocatoria con dotación importante de los fondos FEDER para comunidades de propietarios y también de energías renovables para comunidades.