Planificar los menús, comprar con antelación y congelar, claves para ahorrar en Navidad

El gasto medio por familia esta Navidad asciende a 682 euros. Junto con los regalos, la partida destinada a la alimentación es la que consume la mayor parte del presupuesto. Descubre cómo comprando con antelación los productos frescos y congelándolos puedes ahorrar hasta un 10%.

Las colas en las pescaderías, marisquerías y carnicerías son el preludio de las cenas en familia. Con nuestro especialista en nutrición y dietética, Emilio Blanco, aprenderemos a sacar partido al congelador para disfrutar de productos de alta calidad y precio asequible.
Según Emilio, la planificación y la compra adelantada son “fundamentales para que la Navidad no se convierta en una época peligrosamente gravosa para la economía doméstica”.

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Mariscos y pescados son los productos que más suben sus precios a medida que se acerca la fecha de Nochebuena, así que la congelación se convierte en el mejor aliado: “yo soy partidario de comprar los alimentos ya congelados porque la congelación industrial respeta mucho más las cualidades de los alimentos”.
Los congeladores domésticos suelen tener 3 estrellas, calificación que les hace aptos para conservar aquellos productos que hemos comprado ya congelados. Si queremos congelar alimentos que hemos comprado frescos, necesitaríamos un electrodoméstico con una capacidad de enfriamiento de 4 estrellas o superior.
Hay una creencia generalizada de que los productos congelados pierden propiedades. Emilio Blanco no está de acuerdo con esta afirmación y asegura que algunos productos incluso ganan si se compran congelados. Ese es el caso de las espinacas que “si se compran congeladas en origen, es decir, recién recolectadas, limpiadas y ultracongeladas, tendrán más vitaminas que si las compramos frescas en el mercado, porque habrá pasado ya más tiempo desde que fueron recogidas. El congelado conserva las propiedades organolépticas de los alimentos siempre y cuando ese proceso de congelación se realice bien”.
Los procedimientos industriales que se emplean en grandes barcos frigoríficos en origen garantizan que el congelado es rápido y que todos los alimentos conservan las propiedades nutricionales y organolépticas.

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El pescado y el marisco que compremos fresco debemos congelarlo inmediatamente, a ser posible en congelador de 4 estrellas para llegar a -24 grados. El pescado debería ser congelado una vez limpio y eviscerado. Aunque hay algunos parásitos que resisten bien el congelado, Emilio Blanco recuerda que “no se trata solo de congelar, sino que hay que cocinarlo adecuadamente para que el pescado quede bien pasado y sin rastro de parásitos”.

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En el caso de la carne, no es necesario congelarla inmediatamente después de comprarla, podemos dejarla un par de días en la nevera porque así quedará más tierna.
Pero Emilio Blanco hace una recomendación que es básica para disfrutar de los alimentos congelados en todo su esplendor: “es fundamental no romper la cadena del frío, descongelar los alimentos de manera adecuada y, sobre todo, consumirlos una vez descongelados en un plazo máximo de 24 horas”.